Ciberseguridad en empresas físicas: cómo proteger tu red y tus dispositivos

En un mundo cada vez más conectado, la seguridad no se limita solo a puertas blindadas, alarmas o cámaras de videovigilancia. La ciberseguridad se ha convertido en una pieza clave para cualquier negocio, incluso para aquellos con presencia física como tiendas, clínicas, oficinas o naves logísticas. Y es que muchas veces se asocia el concepto de «ciberataque» con grandes empresas tecnológicas o bancos, pero la realidad es que los pequeños y medianos negocios con atención al público son uno de los blancos más comunes para los ciberdelincuentes.

Riesgos reales para negocios físicos conectados

Puede que tu negocio no tenga una web transaccional o una base de datos compleja, pero si usas WiFi, TPVs, ordenadores, cámaras de videovigilancia conectadas a internet o incluso redes sociales, ya estás expuesto.

Ciberdelincuencia en pequeños negocios

El error más frecuente es pensar: «a mí no me va a pasar». Pero según informes recientes, el 43% de los ciberataques van dirigidos a pymes. Esto se debe a que suelen tener menos recursos para protegerse y, por tanto, son un objetivo fácil.

Un ciberdelincuente puede:

  • Acceder a tu red interna desde una WiFi mal protegida
  • Controlar remotamente tus cámaras IP
  • Robar datos personales de tus clientes (como citas o datos fiscales)
  • Infectar ordenadores con ransomware y pedir un rescate para liberar tus archivos
  • Interferir en los terminales de pago o suplantar tu identidad online

Casos comunes de ataques y brechas

  • El cásico correo con un archivo adjunto que parece una factura pero contiene un virus.
  • Una cámara de seguridad instalada por tu cuñado que nunca cambió la contraseña «admin123».
  • El WiFi de «invitados» del bar que no tiene contraseña y permite acceder al router.
  • Un empleado que conecta su pendrive del portátil de casa al equipo del mostrador.

No hace falta ser un hacker de película. Muchas de estas brechas son tan simples como un descuido.

Elementos vulnerables que quizás no estás protegiendo

Videovigilancia IP

Las cámaras conectadas a internet son muy útiles, pero también pueden ser una puerta abierta si no se configuran bien. Cambiar el usuario y contraseña por defecto es el primer paso, pero no el único.

Redes WiFi

Un router antiguo, sin firewall o con configuración insegura, es una entrada directa a tu red interna. Y si la red es la misma que usan tus clientes, peor aún.

TPVs y datáfonos

Los terminales de pago también se conectan a la red. Si están en la misma red que tus ordenadores, cualquier brecha puede comprometer operaciones y datos bancarios.

Dispositivos personales del equipo

Cada vez es más común que los empleados usen su propio teléfono o portátil para tareas laborales. Esto puede traer virus, apps espía o riesgos de acceso no controlado.

Buenas prácticas de ciberseguridad en entornos presenciales

Aunque no tengas un departamento de IT, hay cosas básicas que puedes hacer hoy mismo:

  • Cambia las contraseñas por defecto de todos los dispositivos conectados.
  • Actualiza el firmware de tus cámaras, routers, software TPV, etc.
  • Segmenta la red: una red para clientes y otra interna, separadas.
  • Instala antivirus de calidad en todos los dispositivos.
  • Haz copias de seguridad automáticas de tus archivos críticos.
  • Cifra los discos duros de los ordenadores con información sensible.
  • Activa la doble autenticación donde sea posible.

Y sobre todo: forma al personal. Una breve sesión para explicar los riesgos, buenas prácticas y protocolos ante incidencias puede marcar la diferencia.

Integración de seguridad física y digital: el nuevo estándar

La tendencia actual es pensar en seguridad como un ecosistema. Ya no hablamos solo de poner una alarma o instalar un antivirus, sino de coordinar todos los sistemas para que trabajen juntos.

Por ejemplo:

  • Si una cámara detecta movimiento fuera de horario, que envíe una alerta al teléfono del responsable y active una alarma silenciosa.
  • Si alguien accede con una tarjeta al almacén, que se registre en un sistema digital y quede constancia.
  • Si hay un intento de acceso remoto sospechoso a tus equipos, que el sistema corte la conexión automáticamente.

Para ello, es clave contar con un proveedor de seguridad que entienda tanto lo físico como lo digital, y que pueda ofrecerte una solución 360º.

Conclusión

Proteger tu negocio en 2025 no es solo cerrar la reja o mirar la cámara del móvil. Cada dispositivo conectado es una puerta de entrada, y la ciberseguridad ya no es opcional.

Empieza por lo básico: revisa tus redes, cambia contraseñas, protege tus dispositivos y forma a tu equipo. Y si puedes, busca asesoramiento profesional para hacer una auditoría de riesgos.

Recuerda: el eslabón más débil de la seguridad es siempre el que menos miramos. No esperes a que pase algo. Anticiparte puede ahorrarte tiempo, dinero y dolores de cabeza.