Los sistemas de seguridad tienen la función de detectar y transmitir a la central receptora las alarmas de posibles intrusiones, para que la Policía o Guardia Civil intervengan y puedan detener a los delincuentes.
La principal vulnerabilidad de los sistemas inalámbricos es que transmiten las señales por radio y son fácilmente inhibidas. La comunicación a la Central Receptora por radio igualmente se puede inhibir
Es por ello que el Ministerio del Interior ordena para riesgos medios y altos – Grado 3-, que sean sistemas de seguridad cableados y que la comunicación con la Central Receptora se realice por dos vías de distinta naturaleza, cable y radio.
El Ministerio considera que las instalaciones de Grado 3, se realizarán donde sea obligatorio disponer de medidas de seguridad, pero cuando la probabilidad de robo sea elevada y los bienes a sustraer sean importantes por su valor y afecto emocional, conviene instalar sistemas, al menos, cableados.
También hay otros factores que influyen en la elección del sistema de seguridad: el económico y la dificultad técnica para su instalación; los sistemas cableados son más costosos y entrañan una mayor dificultad para su montaje, pero son más fiables y también ecológicos por no usar pilas, que contaminan.
Es importante que todas las instalaciones estén diseñadas y firmadas en un proyecto por un Ingeniero titulado y, que disponga del título de Director de Seguridad, pues ésta lo acredita para el diseño y supervisión de los sistemas de seguridad instalados.
A pesar de todas estas garantías que exige el Ministerio del Interior a las empresas de seguridad, para que la ciudadanía tenga la mejor seguridad posible, los sistemas de seguridad solo aminoran los riesgos, pero no pueden evitarlos, es por ello que las compañías de seguros tienen un papel fundamental cuando aseguran los riesgos de robo a sus clientes y por eso deben de aprobar los sistemas de seguridad, porque forman parte de la evaluación de riesgos que realizan a su cliente y asumirán los daños ocasionados por los robos.